Lamentablemente, nuestro sistema educativo no nos enseña a pensar, solo nos entrena para la solución de problemas y nos transfiere conocimientos estilo enciclopedicista.

El sistema no suele ejercitar la imaginación o la creatividad, salvo en la temprana edad donde se estimula a los niños para que desarrollen sus capacidades.

Para empezar un proceso creativo como es el desarrollo de un nuevo negocio, debemos desterrar la palabra ‘no’ y la frase ‘no se puede’.

En el pensamiento creativo todo es posible y todo se puede hacer.

Cuando el hombre soñó con ir a la luna primero lo pensó y luego vio como hacia. Para concebir un negocio se debe partir de ese mismo lugar, desde un mundo donde todo es posible. Un nuevo producto es aquel que abre un mercado completamente nuevo, reemplaza a un producto existente o amplía significativamente el mercado de un producto existente.

Cuando un niño nace y hasta la adolescencia, no es capaz biológicamente de comprender la abstracción, se desenvuelve en el mundo jugando y no puede separar su vida del mundo que lo rodea. Sin embargo, la imaginación de un niño es muy poderosa…

Si bien un hombre adulto es capaz de la abstracción, parecería ser que su potencial creativo a veces es menor que el de un niño o ha mermado. Pero por qué pasa eso, es justamente lo que tenemos que analizar antes de empezar nuestro pensamiento…

Estamos convencidos que asistimos a un mundo lleno de oportunidades…

Fomentamos proyectos relacionados con el agro, el arte, la biotecnología, el diseño, las nuevas energías renovables, los entretenimientos, las exportaciones, franquicias licencias y patentes, la red, internet, P2P-networking, el transporte y turismo, hotelería y gastronomía.

Buscamos nuevas ideas para unir emprendedores y organizaciones con nuevas estructuras productivas basada en nuevas tecnologías y convergencia.